22 mil animales pasaron por campos de la empresa esta temporada. La mayoría continuó hacia el lado argentino y cuatro mil quedaron en terrenos de la empresa para su alimentación y cuidado.
Esta tradición, también conocida como trashumancia, continúa siendo una práctica en extinción y de gran valor patrimonial.
- 22 mil animales pasaron por campos de la empresa esta temporada. La mayoría continuó hacia el lado argentino y cuatro mil quedaron en terrenos de la empresa para su alimentación y cuidado.
- Esta tradición, también conocida como trashumancia, continúa siendo una práctica en extinción y de gran valor patrimonial.
El 15 de diciembre del año pasado, Minera Los Pelambres abrió sus campos en la alta cordillera para permitir el paso de 22 mil animales provenientes de la provincia del Choapa. La mayoría con el propósito de llegar al sector argentino y cuatro mil de ellos, buscando refugio en terrenos de la empresa que presentan condiciones naturales favorables para pastar durante el periodo de verano.
Estas veranadas, también conocidas como trashumancia, ya han comenzado su descenso, dando fin a la temporada de esta tradición milenaria, que de acuerdo a investigadores, es la única actividad nómade que queda el continente americano. El 18 de abril se estipula el cierre del paso.
Las condiciones favorables de los campos de Minera Los Pelambres están vinculadas con la cantidad y calidad de pastos que crecen tras los deshielos cordilleranos, lo que permite la engorda de los animales y con ello una mayor producción de leche, utilizada principalmente para la producción de queso de cabra, caracterizado por poseer gran cantidad de calcio y nutrientes, y bajos niveles de sodio. Esto implica ser un producto altamente demandado y con gran venta, potenciando el negocio de cientos de familias que obtienen su sustento gracias a la ganadería en la provincia del Choapa.
Pedro Álvarez vive en el sector de Tencadán y asegura que cada año realiza esta tradición de trashumancia con “300 cabras, de las cuales unas 150 son productoras de leche, con lo que puedo preparar entre unos 12 a 15 kilos de queso diario”, los que baja cada 20 días en mulares hasta su hogar, donde finalmente los comercializa su familia. Además, agrega que “con esto, he criado y educado a mis tres hijos. Estamos agradecidos que la minera nos pase estos campos. Han cumplido todos los años en cedernos estos terrenos, nos regalan la postura y no pagamos ni un solo peso. Son zonas limpias y de buenos pastos”.
“Siendo un vecino más y conscientes de ser un actor relevante para fomentar el desarrollo de nuestros vecinos, hemos adquirido este compromiso con las autoridades y especialmente con los crianceros de la provincia. El trabajo se realiza con gran coordinación para no exceder las cargas de animales, permitiendo que el ganado opte a un mejor forraje y a una producción de queso más nutritiva y con valor agregado, que finalmente sabemos se convierte en la principal fuente de ingresos de las familias”, explica Jorge Araneda, Gerente de Asuntos Públicos de Minera Los Pelambres.
Araneda agrega que abrir los campos a los crianceros locales “también reafirma el valor de la convivencia entre minería y otros sectores productivos, pues estamos convencidos que al hacer una buena gestión ambiental se logra convivir con un valle de intenso desarrollo agrícola y ganadero”.
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es otro actor clave en esta cadena productiva, siendo el encargado de realizar los controles sanitarios, tanto en la subida del ganado como en su bajada al valle. En este sentido, Gonzalo Vega, jefe provincial de este organismo, explica que “nosotros hacemos trazabilidad y autorizamos todo el ganado que sube a campos de pastoreos cordilleranos bajo vigilancia epidemiológica, manteniendo vigilancia en campos limítrofes, los que suponen un cierto riesgo sanitario”. Asimismo, indica que es destacable que se contribuya a mejorar las condiciones de los crianceros, “porque la calidad de pasto que hay en cordillera es totalmente superior. Por lo tanto, este manejo sustentable del recurso del forraje en cordillera de Minera Los Pelambres, aporta mucho a la productividad del criancero”.
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