El cobre es un elemento químico representado con el símbolo Cu (del latín cuprum) y el número atómico 29. Es un metal suave, maleable y dúctil, con una alta conductividad térmica y eléctrica. Además, es considerado bactericida por su efecto sobre los microorganismos. El cobre puro tiene un color rojo anaranjado.

El cobre refinado se utiliza preferentemente en aplicaciones eléctricas y térmicas, debido a que es un muy buen conductor de electricidad y calor. También se emplea en algunas aleaciones de metales, tales como el latón y el bronce.

El principal mercado final del cobre refinado es la construcción y los bienes de consumo, que representan aproximadamente el 58% de la demanda global de cobre. Los productos eléctricos y electrónicos, el transporte y la maquinaria industrial corresponden al 42% restante.

El precio del cobre es determinado generalmente por las principales bolsas de metales: la Bolsa de Valores de Londres; la Commodity Exchange Inc. (COMEX) de Nueva York, y la Bolsa de Futuros de Shanghai (SHFE). El precio del cobre fluctúa de acuerdo al comportamiento de la oferta y la demanda; también por la acción de los inversionistas financieros que toman posiciones sobre el valor a futuro del metal.